Mi reciente artículo enfatizó la importancia de superar la frustración en el trading. En este artículo, veremos un enfoque cognitivo para tratar con la frustración y sus efectos en el trading.
La teoría cognitiva sugiere que no respondemos a los acontecimientos en sí, sino más bien a lo que pensamos sobre esos acontecimientos. Si consigo un aprobado en un test tras no haber tenido tiempo para estudiar, podría sentirme muy bien, sabiendo que he aprobado. Otra persona que haya hecho el mismo examen podría deprimirse con la misma nota, destrozado por no estar entre los primeros de la clase. Cómo procesamos el evento afecta a cómo respondemos al mismo.

De forma parecida, cuando los traders se ven abrumados por la frustración, la teoría cognitiva sugiere que no son sus pérdidas, sino lo que piensan sobre sus pérdidas lo que genera su tozudez, su criticismo de sí mismos y que operen en exceso.

Específicamente, los traders necesitan procesar las pérdidas como una cuestión de su autoestima para generar respuestas emocionales fuertes. (Nota: la oportunidad desaprovechada puede ser igual de amenazadora para un trader como las pérdidas en sí). El trader frustrado, a cierto nivel, siente que perder es una señal de debilidad o incompetencia: que asumir una pérdida lo hace a uno un perdedor.
Es el deseo de evitar sentirse como un perdedor lo que normalmente hace que el trader frustrado se aferre a las posiciones perdedoras y opere en exceso para recuperar el dinero. Irónicamente, son precisamente esas reacciones las que hacen que sea más probable que el trader experimente unas pérdidas financieras catastróficas.

Un enfoque cognitivo para superar la frustración sería practicar formas de pensar que hagan que las pérdidas no resulten amenazadoras. Esto es por lo que, en el libro del entrenador diario, enfatizo la idea de aceptar activamente las pérdidas y de aprender de las mismas. Cuando sufrimos una pérdida puede que no ejecutásemos bien nuestra idea o que la idea no fuese correcta. Ambas pueden ser oportunidades para aprender.

Si nuestra autoestima viene de aprender, crecer y desarrollarnos – no de ser perfectos o de ser los mejores – entonces no tenemos por qué temer nuestros fallos. Son los que nos animan a mejorarnos a nosotros mismos.

Un programa diario para transformar las pérdidas de ayer en las metas de hoy consigue una alquimia psicológica importante: tomamos lo que nos ha amenazado y frustrado y lo convertimos en una fuente potencial de orgullo.

Traducido del original: A Cognitive Strategy for Overcoming Frustration in Trading

Fuente: Cárpatos

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