Venta corta

La imagen representa una venta corta en dos pasos.

La venta corta es un mecanismo que funciona como arriendo de los papeles a un tercero, con el compromiso de recompra en un período determinado, ganando -o perdiendo- las diferencias de precio entre ambas fechas. El objetivo es vender los papeles en un momento inicial de tiempo y cuando caen, comprarlos más baratos.

Al realizar ventas cortas, existe el riesgo de perder incluso más que el 100% del capital invertido, dado que las acciones no tienen un techo que limite sus alzas.

Es decir, quienes compran acciones al alza, el mayor riesgo que pueden enfrentar es el de perder todo el monto que en un principio invirtieron. En el caso de Ventas Cortas las perdidas pueden superar ampliamente el monto invertido originalmente.

Por ejemplo, si uno hace una venta corta de una acción a 1.000, puede que llegado el plazo de la recompra ésta cueste 2.500, lo que implicaría una pérdida de 150% para quien es el titular de las acciones.

El límite de ganancias también es desfavorable. En una compra de acciones tradicional, el valor de dichas seguridades puede multiplicarse numerosas veces, multiplicando la inversión inicial. Sin embargo, en una Venta Corta el límite de ganancias es el precio de las acciones, dado que las acciones no tienen precios negativos. Es decir, en un escenario ideal, el inversionista hace una venta de una acción de 1.000 y las recompra a 0, para una ganancia del 100%.

Las Ventas Cortas se ocupan principalmente en operaciones de corto plazo para aprovechar el hecho que los mercados tienden a experimentar caídas en precios de manera más rápida que sus subidas en precios. Sin embargo, el hecho de que la mayoría de los mercados financieros tienen una tendencia a largo plazo al alza y su mayor exposición para una ganancia limitada comparada a las compras tradicionales limita el uso de las ventas para inversiones a largo plazo.

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