La premisa nos dice que los precios de las cotizaciones tienden a repetirse. Este hecho refuerza la validez de los sistemas de trading que, como ya sabemos, sólo podemos evaluar estudiando cotizaciones pasadas. Si nuestros sistemas han funcionado bien para un determinado activo subyacente, utilizando un período de tiempo que abarque desde la actualidad hasta diez años atrás, por ejemplo, es de suponer que siga obteniendo buenos resultados en el futuro.


Históricamente, los precios de los activos forman una serie de patrones gráficos bien definidos, que están perfectamente catalogados y definidos, estos patrones son conocidos por la gran mayoría de los partícipes del mercado. Aquí entra en juego el factor humano, los patrones de precios que se van formando revelan tan sólo el ánimo de los inversores, ya sea porque estén alcistas o bajistas, y lo más importante es que estos patrones que han funcionado en el pasado (los más comunes se conocen desde hace casi cien años), seguirán, por definición, funcionando bien en el futuro. Es ahí donde los sistemas de trading pueden sacar ventaja, identificando tendencias a medida que el sentimiento de los inversores cambia, pero con una gran ventaja, que nos permite eliminar por completo el componente psicológico del cual nos aprovechamos.

La crítica más conocida del análisis técnico argumenta que “los precios nos dicen donde ha estado una determinada cotización, pero nunca nos dirá hacia dónde irán”. Recordad la teoría del Randon Walk o paseo aleatorio, que esta recogida en este blog, que no reconoce el movimiento en tendencia de los precios, ni que se puedan pronosticar posibles tendencias futuras. ¿Por qué entonces el mercado tiende a repetir pautas conocidas, y a batir máximos en largos períodos de tiempo?, la respuesta es simple, porque el mercado esta dominado por la psicología humana, estamos considerando que la mayoría de los participes del mercado se comportan de manera poco racional, gregariamente, como si de un rebaño se tratara, todos invierten juntos y todos siente miedo a la vez. Es la conducta de masas y no el azar el que domina el mercado, sobre todo en períodos de alta volatilidad. Pensad en un ingente grupo de inversores comprando en momentos de euforia y vendiendo en momentos de miedo o pánico, generando oleadas alcista y bajistas que distorsionan los precios.
Nuestro miedo tiende a complicarlo todo, si aparece una tendencia al alza el miedo a quedarse fuera de ella nos fuerza a comprar a precios a veces disparatados

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