Mi reciente artículo echó un vistazo inicial sobre los desafíos de planificar y ejecutar las operaciones en el mundo real. Ese artículo lo motivó mi observación continua de que muy pocos traders de mucho éxito operan de la forma que leemos en los libros y artículos de trading. Son buenos siguiendo las reglas, pero tienen una sorprendente habilidad para saber cuándo saltárselas.

Aunque la idea de planificar su operación y operar según su plan suena genial como ideal de disciplina, con lo que me encuentro entre los traders de éxito es una capacidad para alterar los planes en tiempo real según dictan las condiciones del mercado. Estos traders no son ni extremadamente emocionales y reactivos en su toma de decisiones ni robóticos a la hora de implementar un conjunto de reglas. Son más como el centrocampista que sigue una serie de jugadas preparadas, pero que no duda en improvisar y aprovechar un punto débil en la defensa.

El desafío en la planificación de las operaciones ocurre cuando el conocimiento implícito que proviene del reconocimiento de patrones contradice un conjunto específico de planes. Puede que el plan diga que hay que aguantar una operación hasta un objetivo determinado, pero entonces “siente” un cambio en el equilibrio entre compradores y vendedores al tiempo que el volumen se gira en contra de su posición. ¿Cerrar la operación es una buena idea y buen trading, o una violación de la disciplina?

Mi propia experiencia es que he perdido cantidades considerables de dinero cuando me he aferrado a mi disciplina en vez de confiar en mi intuición.

¿O pudiera ser que acceder al conocimiento implícito y seguirlo *es* una forma de disciplina entre los traders de élite? En el caso de que sea así, muchos buenos traders son muy disciplinados en cómo rompen su disciplina.

 

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