Se denomina burbuja punto com a una corriente especulativa muy fuerte que se dio entre 1997 y 2001, en la cual las bolsas de las naciones occidentales vieron un rápido aumento de su valor debido al avance de las empresas vinculadas al nuevo sector de la Internet y a la llamada Nueva Economía.
El período fue marcado por la fundación (y en muchos casos, espectacular quiebra) de un nuevo grupo de compañías basadas en la Internet designadas comúnmente empresas punto com.
Una combinación de un veloz aumento de precios de las acciones, la especulación individual y la gran disponibilidad de capital de riesgo crearon un ambiente exuberante. El estallido de la burbuja.com marcó el principio de una relativamente suave, pero larga recesión en las naciones occidentales.
Desarrollo de la crisis
A partir de crisis de la burbuja (la caída del Nasdaq), las empresas punto com comenzaron una serie de cierres, fusiones, adquisiciones y despidos, que hizo que algunos analistas sostuvieran que la nueva economía nunca existió, que todo se trató de una gran “burbuja” montada por algunos oportunistas para llenarse de dinero.
A efectos de tomar una dimensión del tamaño de la crisis, el índice Nasdaq (bolsa electrónica de Nueva York) llegó en marzo del año 2000 a cotizar por sobre los 5 000 puntos, llegando en poco tiempo a cotizar a 3 500, y en octubre de 2002 su valor era de aproximadamente 1 300 puntos, situándose en valores similares a los de diciembre de 1996.
Para poder analizar lo sucedido con el desplome del Nasdaq, es necesario comprender la transformación que habían sufrido los mercados financieros en los últimos años. A partir del desarrollo de las tecnologías informáticas y de telecomunicaciones, los mercados financieros se fueron globalizando e intercomunicando, de manera que pasaron a formar un mercado global e interdependiente, operado por redes informáticas en tiempo real. Estas transformaciones generan nuevas reglas de juego que proporcionan el capital necesario para financiar nuevos proyectos empresariales y están en el origen del desarrollo de las empresas de Internet, y de la nueva economía en general.
La aparición de los capitalistas de riesgo, con su accionar llevaron a la cotización de los valores bursátiles de empresas tecnológicas a niveles inéditamente altos, debido a un factor fundamental en el proceso de valoración: las expectativas. En otras palabras, los capitalistas de riesgo apostaban a que el crecimiento y el éxito de las empresas de la nueva economía se viera rápidamente recompensado por subidas en las cotizaciones de sus títulos.
Una comparación entre el valor de mercado de empresas del mundo virtual con empresas del mundo real, nos da una muestra de la excesiva valoración de las primeras (cifras en millones de dólares):
• 34 500 Yahoo! / Allied Signal
• 24 000 EBay / J.P. Morgan
• 23 000 Amazon.com / Alcoa
• 17 900 Priceline.com / Federal Express
• 12 900 E*Trade / American Airlines
Ahora bien, en cuanto aparecieron los primeros fracasos y dudas, las expectativas pasaron de ser favorables a desfavorables y los capitales huyeron tan rápido como llegaron, provocando el derrumbe. De todas formas muchas personas, ya antes del derrumbe, entendían que la valoración de las empresas del mundo virtual no era sostenible y que tarde o temprano iba ocurrir una «corrección en el mercado», entendiendo que estos valores contenían una importante sobrevaluación de origen especulativo.
Resumen
La caída de las acciones de empresas tecnológicas, también conocido como crisis de la Burbuja.com, es un fenómeno que reconoce como causas principales las siguientes:
• Un cambio de expectativas sobre las empresas punto-com y tecnológicas en general debido a que los inversionistas comenzaron a notar que los principios de la Nueva Economía no eran tan distintos a los de la vieja, que era necesario que el dinero invertido en los start-ups se recuperase en un plazo razonable y que los modelos de negocios basados en el B2C subestimaron la complejidad y los costos de logística y distribución, y sobreestimaron algunos efectos de la economía en red de difícil comprobación empírica: la economía de la abundancia y la premisa de prestar servicios gratuitos porque la red recompensa la gratuidad.
• El otro factor fundamental que explica la caída es inherente al funcionamiento de los mercados financieros: la información. Las opiniones de algunos economistas y empresarios del establishment (comenzaron prediciendo la caída en 1997), terminaron por imponerse haciendo realidad la profecía autocumplida de que la burbuja algún día iba a estallar.
• La existencia de una sobrevaluación de ciertas acciones de empresas tecnológicas alimentada con fines especulativos.
• De todos modos, hoy podemos ver un resurgir de estas políticas de empresas punto com, pero con ideales empresariales mucho más organizados y no como pequeñas mega empresas que aparecen y desaparecen del mercado en un abrir y cerrar de ojos.
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La burbuja de los mares del sur, o crack de 1720, fue una crisis financiera que ocurrió en Gran Bretaña en 1720, debido a una burbuja especulativa iniciada en 1711. Constituye uno de los primeros cracks económicos de la Historia.
La Compañía de los mares del sur (South Sea Company), fundada en 1711 por Robert Harley (entonces jefe del partido Tory), logró el monopolio sobre el comercio con las colonias españolas en América. La compañía, a cambio, aceptó cambiar diez millones de libras en bonos del tesoro contra las acciones a una tasa de interés del 6%, lo que equivalía a una renta perpetua para los inversores.
El primer viaje comercial hacia América tuvo lugar en 1717, pero la ganancia fue poca. En 1718, las relaciones entre España y Gran Bretaña se deterioraron, lo que ensombreció las perspectivas de la compañía. Aún así, seguía manteniendo que era inmensamente provechosa a largo plazo. En 1717, se hizo cargo de diez millones de libras suplementarias de deuda pública contra una nueva emisión de títulos.
La compañía divulgó rumores cada vez más extravagantes sobre el valor potencial de su comercio con el Nuevo Mundo, lo que tuvo el efecto de desatar la especulación. Las acciones subieron rápidamente, pasando de 128 libras en enero de 1720 a 550 a finales de mayo.
La compañía obtuvo la licencia real para comerciar en exclusiva de manera que su atractivo aumentó y sus acciones llegaron a las 890 libras a principios de junio. Este pico incitó a algunos inversores a vender; para limitar la presión bajistas, los directores de la compañía ordenaron a sus agentes comprar títulos, manteniendo así su valor en torno a las 750 libras.
Cotización de la Compañía de los mares del sur
El rápido aumento del valor de la acción provocó un frenesí especulativo por todo el país. Los inversores se interesaron por los mares del sur, pero también por otras acciones. A principios de agosto la cotización alcanzó las 1.000 libras, y la tendencia cambió bruscamente.
Otras burbujas estallaron al mismo momento en Ámsterdam y París (Compañía del Mississippi de John Law) y aceleró la caída de la cotización. La crisis se propagó a los bancos. entre los accionistas que se arruinaron estuvieron miembros del gobierno, incluso Isaac Newton: después de haber obtenido una plusvalía de 7.000 libras en abril, acabó perdiendo 20.000 libras.Más tarde, declaró: «Puedo predecir el movimiento de los cuerpos celestes, pero no la locura de las gentes.»
La cotización quedó en 100 libras antes del fin de año. Ante la cólera de los inversores, el Parlamento se disolvió en diciembre, y una comisión ocupó su lugar.
En su informe publicado en 1721, se reveló un fraude de gran amplitud organizado por los directores de la compañía. Los directores fueron arrestados y llevados a la Torre de Londres. La mayor parte fueron desposeídos de sus bienes: así, a John Blunt no le quedaron más que 5.000 libras de las 183.000 que tenía. James Cragg se suicidó. El nuevo canciller y el primer lord del tesoro, Robert Walpole, anunciaron una serie de medidas para restablecer la confianza pública y la solvencia de la compañía.
La compañía continuó con su comercio (cuando no quedaba interrumpido por la guerra) hasta el final de la Guerra de los siete años. Sin embargo, su principal función fue siempre manejar la deuda gubernamental, más que comerciar con las colonias españolas. La compañía de los mares del sur continuó encargándose de administrar parte de la deuda nacional hasta que se abolió en los años 1850.
Ayer circuló por la blogsfera de bolsa, un articulo de un prestigioso economista americano, en el que se comparaba el actual crash inmobialiario de España con el de Japon.
Asi que, he considerado oportuno, exponer un articulo del crash de Japón de la decada de los 80-90
Burbuja financiera e inmobiliaria en Japón
La burbuja financiera e inmobiliaria en Japón constituyó un proceso de revalorización de activos financieros e inmobiliarios ocurrido en Japón a partir de 1980, y que finalizó en 1990. Se considera una de las mayores burbujas especulativas de la historia económica moderna.
Planteamiento de la burbuja
Durante la década de los 80 Japón tuvo un elevado superávit comercial, que fue empleado por los bancos para la adquisición de tierra y acciones. Los precios de tales activos comenzaron a crecer de manera espectacular. El mercado inmobiliario hacía crecer el mercado de valores, y éstos, a su vez, provocaban el crecimiento de los activos inmobiliarios. La mecánica del proceso consistía en revalorizar las acciones de una empresa determinada a partir de sus propiedades inmobiliarias, y esa revalorización se empleaba para comprar más bienes inmuebles. Durante el periodo de euforia, la masa monetaria creció a un ritmo de 9% anual.
Los datos que reflejan el alza de precios de los activos inmobiliarios y bursátiles son tan espectaculares que algunos analistas deben insistir en que son ciertos ante la incredulidad del lector:
El estudioso que se acerca al fenómeno de la burbuja japonesa (...) es normal que tenga dos sensaciones. La primera, de incredulidad (...); la segunda, que resulta difícil comprender cómo los propios mercados no pusieron coto a los excesos de una cotizaciones difíciles de justificar por los datos fundamentales de las empresas. (...) la principal enseñanza que se obtiene del análisis de un fenómeno de este tipo es la facilidad con la cual la sociedad lo acepta en la fase de ascenso, porque impulsa el crecimiento económico y beneficia a políticos, empresarios, banqueros y a la parte más osada de la población, embalsando costes sociales y económicos que socavan los propios fundamentos económicos y la cohesión social del conjunto de la sociedad.
La burbuja inmobiliaria
En el periodo 1955-1989 el valor de los bienes inmuebles japoneses se había multiplicado por 75, y suponían el 20% de la riqueza mundial, aproximadamente 20 billones de dólares, un valor equivalente a cinco veces el territorio completo de Estados Unidos, país que contaba con una extensión 25 veces mayor. Sólo el entorno metropolitano de Tokio tenía el mismo valor que todo Estados Unidos, y un distrito de la capital (Chiyoda-ku) valía más que todo Canadá. Si se hubiera vendido el Palacio Imperial de Tokio, se habría obtenido el equivalente al valor de todo el estado de California. Los 1990 campos de golf de Japón doblaban el valor de la capitalización de la bolsa australiana.
La burbuja bursátil
Dada la interconexión de los valores inmobiliarios con las acciones de las empresas, éstas también sufrieron un proceso de revalorización. El valor de las acciones de la bolsa japonesa se multiplicó por 100 en el periodo 1955-1990. Una sola empresa japonesa (Nomura Securities) valía más que todas las casas de bolsa norteamericanas. En diciembre de 1984 el índice Nikkei alcanzó los 11.542 puntos. En diciembre de 1989, ya había alcanzado los 38.915 puntos. Tras el estallido de la burbuja, en junio de 1992, el Nikkei había caído hasta los 15.951 puntos. En general, se piensa hoy día que los altos valores bursátiles ocultaban una muy baja rentabilidad de las empresas.
El final de la burbuja
Entre principios de 1988 y agosto de 1990 el Banco Central de Japón, ante el riesgo inflacionista de la economía y la depreciación del yen frente al dólar decidió aumentar el tipo de interés bancario, que pasó del 2,5% al 6%. Los precios de las acciones sufrieron un fuerte descenso (entre enero de 1990 y agosto de 1992 el índice nikkei perdió un 63% de su valor) y los precios de los bienes inmuebles cayeron. Dado que las acciones tenían como garantía los bienes inmuebles, el sistema financiero entró en una grave crisis. Al momento en que la burbuja especulativa estalló se le conoce como colapso de la burbuja
Factores que intervinieron en el nacimiento de la burbuja
En diversos estudios se ha tratado de aclarar las razones que llevaron a una sólida economía como la japonesa a una crisis de tales dimensiones.
Cuando la burbuja estalló, muchos pensaban que Japón había adelantado a los Estados Unidos, y se había convertido en la primera superpotencia económica. Tras la Segunda Guerra Mundial Japón experimentó un desarrollo extraordinario. En el periodo 1955-1972 la economía nipona creció una media del 10% anual. De 1975 a 1990 el crecimiento fue más moderado, pero aún así alto: un 4%. A partir de 1990, el crecimiento se estancó en un 1%
El modelo económico japonés explicaba, a ojos de los occidentales, la prosperidad del país asiático. Paradójicamente, este modelo fue, según algunos analistas, el causante de la crisis. La economía japonesa estaba fuertemente influida por los valores culturales del confucianismo, el taoísmo y el budismo. El paternalismo capitalista, la edad como paradigma de la autoridad, la tradición de consenso en la toma de decisiones que afectan a la economía del país, el proteccionismo económico vinculado a un fuerte nacionalismo, la hiperregulación del mercado laboral y la identificación del trabajador con la empresa (que en las grandes corporaciones garantizaba el empleo de por vida) habían garantizado un funcionamiento eficiente del sistema productivo.
Por otro lado, la estructura empresarial japonesa no se parecía a la occidental. En Japón regía lo que se llamaba «el gobierno de las empresas» y el «sistema de un banco principal» (main bank system). Este último concepto hace referencia al entramado de los «keiretsus» (grupos empresariales) que de ordinario presentaban una estructura en cuya cúspide se encontraba una entidad financiera bajo la cual se extendían una serie de empresas con participaciones cruzadas. Los «keiretsus» tenían como principal defecto su escasa transparencia financiera (lo que, al parecer, sería determinante para la crisis posterior). En cuanto a «el gobierno de las empresas», se trataba de una fuerte interrelación entre las esferas política, académica y empresarial, según la cual el funcionamiento de la sociedad japonesa, en todos sus ámbitos, era garantizado por la élite empresarial con la aquiescencia del gobierno.
Otra de las características de la economía japonesa era su vocación exportadora, lo que permitió la entrada de enormes cantidades de capital exterior en forma de beneficios. La abundancia de riqueza fue también determinante para explicar el alza de precios del periodo 1980-1990. Según informes del Banco de Japón otros factores que catalizaron la burbuja fueron el aumento de la demanda, la relajación de la política monetaria y la desmesurada demanda de vivienda por motivos fiscales.
Algunos analistas niegan que el impacto de los beneficios producidos por las exportaciones fuera el verdadero causante de la burbuja. Según esta corriente de análisis, las empresas exportadoras fueron relativamente independientes del "banco principal", y para entonces el «main bank system» había variado su estructura: la mayor parte de las entidades había dirigido sus actividades financieras hacia el mercado interno, casualmente, hacia el sector de la construcción y de las empresas inmobiliarias. La fuerte dependencia del sector financiero de esas empresas explicaría el hundimiento posterior de la banca japonesa, tras la depreciación de los bienes inmuebles.
Consecuencias del fin de la burbuja
Como consecuencia de la crisis financiera se inició una recesión económica que todavía continuaba en el año 2007. Al periodo se le conoce en japonés como década perdida
El fenómeno del paro, inédito en el país en virtud del «gobierno de las empresas», apareció en la sociedad japonesa. En el año 2002, el desempleo era del 5,4%.Debido a la pérdida de valor de los bienes inmuebles se produjo un efecto riqueza negativo, que redujo de manera importante el consumo. El precio de la vivienda no volvería a elevarse hasta pasados catorce años (La Vanguardia, 2 de agosto de 2006), y lo haría un tímido 0,9% de media. El credit crunch consecuencia de la quiebra de numerosas entidades financieras aumentó las dificultades de crédito y paralizó la economía
El arraigado sistema de recompensas de la sociedad japonesa se vio, así mismo, trastocado: durante el periodo de euforia, la ingeniería financiera (zai-tekku) sustituyó los valores relacionados con el trabajo y la responsabilidad, creándose una espiral de avaricia y enriquecimiento rápido que descompuso algunos de los principios rectores de la moral pública nipona.
La tulipomanía fue un periodo de euforia especulativa que se produjo en los Países Bajos en el siglo XVII. El objeto de especulación fueron los bulbos de tulipán, cuyo precio alcanzó niveles desorbitados, dando lugar a una gran burbuja económica y una crisis financiera. Constituye uno de los primeros fenómenos especulativos de masas de los que se tiene noticia.
Causas
Varios factores explican el origen de la tulipomanía holandesa. Por un lado, el éxito de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y la prosperidad comercial de los Países Bajos, y por otro, el gusto por las flores, especialmente las exóticas, que se convirtieron en objeto de ostentación y símbolo de riqueza.
A su vez, y por razones que en aquel tiempo se desconocían, los tulipanes cultivados en Holanda sufrían variaciones en su apariencia, naciendo así los tulipanes multicolores, irrepetibles, lo que aumentaba su exotismo y por tanto su precio. Hoy se sabe que la causa de ese fenómeno era un parásito de la flor, el pulgón, que transmite un virus a la planta conocido como Tulip Breaking Potyvirus.
Introducción del tulipán en Europa
Charles de l'Écluse, conocido como Carolus Clusius, introductor del tulipán en los Países Bajos.
El tulipán fue introducido en los Países Bajos en 1559, procedente de la actual Turquía (en aquel tiempo, Imperio otomano), donde tenía connotaciones sagradas y adornaba los trajes de los sultanes. De hecho, la palabra tulipán procede del francés turban, deformación del turco tülbent, que significa turbante.
Parece haber sido introducido en Europa por el embajador austríaco en Turquía, Ogier Ghislain de Busbecq. Ogier era un floricultor entusiasta, y cuando regresó a Europa en 1544 llevó consigo algunos bulbos a los Jardines Imperiales de Viena. Más tarde, en 1593, el destacado botánico Carolus Clusius dejó su trabajo en los Jardines Imperiales para tomar un cargo de profesor de botánica en Leiden, Holanda, hasta donde llevó una colección de bulbos de tulipanes que crearon un gran interés y entusiasmo.
Clusius comenzó a cultivar tulipanes de variedades exóticas: sin embargo, celoso de su colección, los mantenía guardados. Pero una noche alguien penetró en su jardín y robó sus bulbos. El suelo arenoso holandés, ganado al mar, resultó ser el idóneo para el cultivo de la planta, y el tulipán se extendió por todo el territorio.
Para mucha gente los tulipanes pueden parecer inútiles, sin olor ni aplicación medicinal, floreciendo sólo una o dos semanas al año. Pero los jardineros holandeses apreciaban los tulipanes por su belleza, y muchos pintores preferían pintar una de esas flores antes que un cuadro.
El alza de precio
A pesar de que se intentó controlar el proceso por el cual los tulipanes monocromos se convertían en multicolores, los horticultores holandeses no fueron capaces, de manera que lo aleatorio del exotismo contribuyó a elevar progresivamente el precio de cada bulbo. Las variedades más raras eran bautizadas con nombres de personajes ilustres y almirantes de prestigio. En la década de los años veinte del siglo XVII el precio del tulipán comenzó a crecer a gran velocidad. Se conservan registros de ventas absurdas: lujosas mansiones a cambio de un sólo bulbo, o flores vendidas a cambio del salario de quince años de un artesano bien pagado. En 1623 un sólo bulbo podía llegar a valer 1.000 florines neerlandeses: una persona normal en Holanda tenía unos ingresos medios anuales de 150 florines. Durante la década de 1630 parecía que el precio de los bulbos crecía ilimitadamente y todo el país invirtió cuanto tenía en el comercio especulativo de tulipanes. Los beneficios llegaron al 500%.
En 1635 se vendieron 40 bulbos por 100.000 florines. A efectos de comparación, una tonelada de mantequilla costaba 100 florines, y ocho cerdos 240 florines. Un bulbo de tulipán llegó a ser vendido por el precio equivalente a 24 toneladas de trigo. El record de venta lo batió el Semper Augustus: 6.000 florines por un sólo bulbo, en Haarlem.
En 1636 se declaró una epidemia de peste bubónica que diezmó a la población holandesa. La falta de mano de obra multiplicó aún más los precios, y se generó un irresistible mercado alcista. Tal fue la fiebre, que se creó un mercado de futuros, a partir de bulbos aún no recolectados. Ese fenómeno fue conocido como windhandel, "negocio de aire", y se popularizó sobre todo en las tabernas de las pequeñas ciudades, a pesar de que un edicto estatal de 1610 había prohibido el negocio por las dificultades de ejecución contractual que generaba. Pese a la prohibición, los negocios de este tipo continuaron entre particulares. Los compradores se endeudaban y se hipotecaban para adquirir las flores, y llegó un momento en que ya no se intercambiaban bulbos sino que se efectuaba una auténtica especulación financiera mediante notas de crédito. Se publicaron extensos y bellos catálogos de ventas, y los tulipanes entraron en la bolsa de valores. Todas las clases sociales, desde la alta burguesía hasta los artesanos, se vieron implicados en el fenómeno.
Charles Mackay cuenta una historia de la época:
Un rico mercader había pagado 3.000 florines por un raro tulipán Semper Augustus, y éste desapareció de su depósito. Tras buscarlo vio a un marinero (que había confundido el bulbo con una cebolla) comiéndose el tulipán. El marinero fue detenido de inmediato y condenado a seis meses de prisión.
Final de la burbuja
En 1637, el 5 de febrero, un lote de 99 tulipanes de gran rareza se vendió por 90.000 florines: fue la última gran venta de tulipanes. Al día siguiente se puso a la venta un lote de medio kilo por 1.250 florines sin encontrarse comprador. Entonces la burbuja estalló. Los precios comenzaron a caer en picado y no hubo manera de recuperar la inversión: todo el mundo vendía y nadie compraba. Se habían comprometido enormes deudas para comprar flores que ahora no valían nada. Las bancarrotas se sucedieron y golpearon a todas las clases sociales. La falta de garantías de ese curioso mercado financiero, la imposibilidad de hacer frente a los contratos y el pánico llevaron a la economía holandesa a la quiebra.
Un país esta en crisis económica cuando ha entrado en recesion, por tanto vamos a ver el significado economico de recesion.
En economía se entiende por recesión el periodo en el que se produce una caída de la actividad económica de un país o región, medida a través de la bajada del Producto interior bruto real, durante un periodo prolongado de tiempo, al menos dos semestres consecutivos se considera un tiempo suficientemente prolongado, sin embargo hay autores que reducen este tiempo al de 3 trimestres o incluso 2 trimestres, lo que se considera una recesión débil. En determinadas ocaciones los actores políticos han utilizado una u otra según sus interes. En la teoría de los ciclos económicos corresponde a la fase descendente del ciclo. Se suele caracterizar por una reducción de casi todas las variables económicas como son:
• la producción de bienes y servicios
• el consumo, particularmente suelen descender las ventas de automóviles y viviendas
• la inversión suele ser especialmente sensible en las recesiones, teniendo caídas muy pronunciadas durante estos periodos. Cuando empeora la situación ecónomica, una gran parte es atribuible a las reducciones del gasto en nuevas inversiones, que son suspendidas o aplazadas en el tiempo.
• el empleo, la caída de la producción de bienes y servicios, provoca que las empresas demanden menos mano de obra y por tanto se produce un aumento del desempleo, así lo muestra la Ley de Okun
• el beneficio de las empresas
• las cotizaciones de los índices bursátiles
• la inflación suele bajar durante los periodos de recesión. Al descender la demanda de materias primas, caen sus precios. Los salarios y los precios industriales tienen menos tendencia a bajar, pero tienden a subir menos deprisa en las recesiones económicas.
La recesión puede producirse de forma suave o abrupta. En este último caso hablamos de crisis. El proceso se complica cuando un elevado número de empresas entra en quiebra y arrastra a los proveedores pudiendo llegar en algunos casos a lo que normalmente denominamos crisis. Tal disminución generalmente provoca un gran desempleo. Si la recesión es muy seria, se conoce como depresión.
Causas de las recesiones
Algunas causas de la recesión son la sobreproducción, la disminución del consumo (atribuible a la preocupación sobre el futuro, por ejemplo), la carencia de innovaciones y de formación de nuevo capital, y fluctuaciones casuales. Las recesiones suelen estar motivados por oscilaciones de la demanda agregada.
en relacion a este articulo quiero dejar claro que no es mi intencion hacer ninguna publicidad del libro, si expongo este articulo es porque el autor se merece todos mis respetos al predecir en 2006 la crisis actual asi como sus amplios conocimientos en la materia a causa de que es catedratico de economia.
desde mi punto de vista, el 2010 no sera tan nefasto como él argumenta pero si que opino que sera igual o un ligeramente peor que este año. Tiempo al tiempo
la entrevista esta integramente obtenida de un articulo de la vanguardia.
Pinchando aqui teneis el enlace:
Santiago Niño Becerra (Barcelona, 1951) es un economista políticamente incorrecto. Catedrático de Estructura Económica en la Universidad Ramon Llull de Barcelona, se le conoce como “el profeta de la crisis” porque advirtió en el 2006 que se avecinaba una megacrisis inevitable muy parecida a la de 1929, y aunque lo llamaron alarmista, el tiempo le está dando la razón.
Ha publicado el libro “El crash del 2010” de Los libros del lince que esta siendo éxito de ventas y donde se atreve a decir lo que muy pocos están dispuestos a escuchar, explicando con dureza el origen de la crisis y su alcance real: “el capitalismo se ha convertido en un cadáver“.
Si hasta ahora hemos hablado de la cercanía cada vez mayor entre ciencia y espiritualidad, ya podemos añadir a los economistas al trío porque Santiago Niño Becerra sin necesidad de citar a los mayas, sino simplemente al PIB y datos económicos, asegura que en fechas cercanas al 2012 llegaremos ante un final de Sistema y un comienzo de otro, lo mismo que nos ha explicado el documental “La realidad es una ilusión” con la resonancia Schumann y la vibración de la Tierra o los astrónomos rusos en “El Jaque Mate” (página 22).
Otros autores ya nos han hablado de CAMBIO DE PARADIGMA como Fredy Kofman, Edward de Bono e Ignacio lópez en el vídeo “La crisis que cambiará el mundo“, pero Santiago Niño Becerra es más crudo que ellos en su discurso.
Nadie va a vencer esta crisis, sino que ella nos va a metamorfosear a nosotros. Ya que por las buenas no nos ha importado la insostenibilidad de nuestra civilización, la injusticia con los países del Sur, el despilfarro obsceno y la perdida de valores básicos, ahora tendremos que asumirlos por “las malas”, como una especie de ladrillazo colectivo.
Según Santiago Niño Becerra llegan tiempos de responsabilidad personal, cooperación frente a competencia y predominio de los conceptos de utilidad, eficacia y aprovechamiento.
¿Estamos ya en crisis?
-No, que va. Yo diría que estamos en "precrisis". La crisis empezará a mediados de 2010. Pero es que, además, lo que viene ahora y lo que vendrá no se parece en nada a lo que vivimos en 1993 o en el 2000. Esto es otra película, es una crisis sistémica. De parecerse a alguna cosa, se parecería al "crack del 29".
-¿Por qué es una crisis sistémica?
-Porque la manera como está funcionando el sistema se tiene que cambiar. En 1993 hubo un problema, se inyectó dinero en forma de crédito y se acabó. En 2000, lo mismo. Ahora no. Aplicamos un manual viejo que ya no funciona. Se han agotado las herramientas que se pusieron en marcha como el hiperconsumismo, el hipercrédito o la hiperdeuda y pasamos a otra película…
-¿Cuándo empezó esta "precrisis"?
-En septiembre de 2007 cuando se manifestó el problema de las subprime.
-¿Y hasta cuándo durará?
-Se alargará hasta junio o julio del año 2010. La tendencia dentro de este periodo será a peor. Esto no significa que un día la bolsa suba o que otro baje. En 2010 empezará la crisis económica de verdad. Caída "a plomo" hasta mediados de 2012. Habrá un hundimiento a nivel económico, y será a nivel mundial.
-¿Qué pasará a partir de 2010?
-Durante el periodo 2010-2012 el nivel de la caída será brutal, terrible. Habrá economías que sufrirán muchísimo, por ejemplo la española, la alemana, la estadounidense o la china. Habrá un periodo de estancamiento hasta 2015 y, a partir de ahí, comenzará un periodo de recuperación muy lento hasta 2018-2020. Estamos hablando de una duración de 10 años, similar a la "Gran Depresión" norteamericana de la década de 1930.
-¿El capitalismo ha llegado a su fin?
-El colapso del sistema capitalista aún no se ha producido. Los sistemas tienen una vida de 250 años. El capitalismo empezó entre 1815 y 1820 y terminará más o menos en 2070. Lo que ahora vivimos es una crisis de ajuste, como ocurrió en 1929. Las características del capitalismo no cambiarán pero el ajuste que se hará será muy importante.
-¿Cuáles son las posibilidades que tenemos para capear el temporal?
-Nada. Esto ha de pasar. Es inevitable.
-¿Pero los ciudadanos no tienen ninguna opción para intentar salir menos afectados?
-Yo siempre recomiendo que si alguien tiene deudas, que no se endeude más. Quien no tenga, que no se endeude y si una persona tiene deudas y dinero ahorrado, que lo dedique a reducir deuda. Otra cosa es que, antes de comprar nada, la gente se pregunte si realmente lo necesita. Que calculen muy bien cuales son las expectativas de sus ingresos y adapten el gasto. Lo que no sea necesario, no es importante.
-¿Habrá muchas empresas que puedan aguantar esta situación?
-No, habrá cierres en cascada. La evolución será cada vez a peor y, a partir de 2010, se acelerará.
-¿La culpa es de los bancos y las inmobiliarias?
-La culpa no es de una persona o de un grupo de personas. Las medidas que se han tomado han llevado al desastre. Pero si estas medidas no se hubieran tomado, no se hubiera crecido como se ha crecido. Y todos hemos estado muy contentos de crecer así.
-¿Habrá bancos que quebrarán?
-Sí, pero aunque un banco haga fallida no pasa nada. El problema es que, dentro de un escenario como el actual, que un banco caiga supone un torpedo a la confianza. El sistema que hemos montado no está atado con cables de titanio, está unido con algo tan intangible como es la confianza que, cuando se rompe, ya no se puede reparar.
-¿Es una buena decisión que los Gobiernos usen dinero público para salvar a las empresas?
-No servirá de nada. Se tiene que hacer porque el modelo dice que es lo que debe hacerse. Esto sirve para tapar un agujero, pero se abrirá otro. Estamos hablando de cifras tan brutales que es imposible tener dinero suficiente para tapar todos los agujeros.
-¿Cómo sabremos que estamos saliendo de la crisis?
-La recuperación se percibirá en el ambiente. El primer síntoma de la recuperación vendrá hacia 2012 porque no iremos a peor. El segundo signo será que algunas personas empezarán a hacer cosas.
-¿El resultado de esta crisis será la aparición de una nueva potencia económica?
-Yo opino que la figura del Estado irá a menos y que las grandes corporaciones tendrán más fuerza. Creo que General Electric es la primera corporación del futuro, es un caso a estudiar. En el futuro habrá más eficiencia, orden, aprovechamiento,…
-¿Grandes corporaciones como las de la película "Rollerball", que planteaba un futuro en el que las multinacionales controlaban el mundo?
-Sí, eso mismo.
Crisis económica es la fase más depresiva de la evolución de un proceso económico recesivo. Por recesión se entiende el movimiento cíclico descendente de la economía, que comprende, por lo menos, dos trimestres de continua disminución del PNB real.
A continuación se expone una de las causas de crisis actual en España, la burbuja inmobiliaria.
La expresión burbuja inmobiliaria en España hace referencia a la existencia de una burbuja especulativa en el mercado de bienes inmuebles en España desde el año 1998 hasta finales de 2007 y principios de 2008, aproximadamente.
El principal síntoma de la misma fue el incremento anormal de los precios muy por encima del IPC, incrementos que se explican principalmente recurriendo a factores externos, como la falta de suelo edificable, la inmigración, la especulación y la recalificación de suelos, así como el exceso de crédito.
La burbuja tuvo su inicio en 1998 y se ha prolongado hasta agosto de 2007, manifestándose principalmente en una elevación sostenida de los precios superior al 10% anual y llegando en algunos años hasta cerca del 30% anual según pone de manifiesto los informes elaborados por el portal inmobiliario español Idealista.com.[1] La burbuja inmobiliaria en España explica el comportamiento reciente del mercado inmobiliario en España, ofreciendo una previsión de su evolución futura.[2]
El resultado de la explosión de la burbuja es una brusca caída de la demanda y, presumiblemente, de los precios en el corto plazo, que según la ASPCE[3] parece que, desde septiembre de 2007, ya se está produciendo y que podría estar provocada por la incapacidad del mercado para absorber la enorme oferta de vivienda construida y vacía disponible. Este cambio de ciclo inmobiliario español habría tenido lugar por factores internos y externos: por un lado, la falta de liquidez del sistema financiero, causada por la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos en agosto de 2007, y por otro, por el deterioro interno de la economía española, la falta de financiación y el agotamiento del modelo de crecimiento (basado en la construcción), al reducirse los retornos de la inversión (provocando la salida del mercado de los especuladores) y contenerse el crédito.
Otras teorías[4] consideran que la especulación no habría tenido una influencia tan importante en la evolución de los precios, y que ésta se habría debido a otros factores tales como la demografía o la evolución de los tipos de interés y su repercusión en la capacidad económica de las familias. Según estas teorías, estos factores habrían incrementado de forma notable la demanda de bienes inmuebles, incrementando en consecuencia los precios del mercado que ya habrían rebasado el punto de equilibrio.